Cólico del lactante. Uno de los motivos más frecuentes de consulta pediátrica: se estima que hasta el 40% de los bebés lactantes pueden padecerlo.
Suelen empezar entre la tercera y sexta semana de vida (aunque en consulta los hemos visto con 15 días) y durar hasta los 3-4 meses (también hemos visto a bebés de 8 meses en consulta con cólico).
Si a esta prevalencia le añadimos lo estresante que es la situación para los padres, podemos entender por qué es tan habitual que a las consultas de pediatras acudan madres desesperadas porque no saben qué les pasa a sus bebés, y lo que es peor: no saben como ayudarle.
Tu bebé llora durante muchas horas seguidas, se retuerce de dolor, doblándose sobre su propia tripa. Lo hace desde hace muchos días, casi siempre a última hora de la tarde y tú estas muy nerviosa.
Toda tu familia está muy nerviosa.
"No lo soporto más ¿qué puedo hacer para ayudarle?"
Sí, puedes, y desde esta web esperamos poder ayudarte a superar el tan temido cólico del lactante.


Sabemos que el llanto es el "lenguaje" del bebé y que lo usa para decirnos que tiene hambre, sed... pero en este caso, no hay causa aparente para este llanto, no entendemos qué le pasa.
Es un llanto inconsolable, y de hecho cada vez más se aplica esta definción al estado muy similar al que sufre el bebé con el cólico del lactante.
¿A qué nos referimos entonces cuando hablamos del cólico del lactante?
El cólico del lactante se presenta en bebés, normalmente, menores de cuatro meses de edad que sufren de:
- Episodios de irritabilidad, nerviosismo o llanto, que se inician sin causa aparente.
- Estos episodios duran tres horas o más al día por lo menos tres días a la semana.
- Duran al menos una semana y mientras lo hacen, el bebé experimenta una ganancia de peso y talla normal.


También es muy habitual, especialmente en consultas pediátricas, que te hablen de los criterios diagnósticos de Wessell , que, aunque ya ha llovido bastante desde se establecieron (1954), todavía se siguen usando para definir un cólico del lactante:
Según estos criterios, se considera que un lactante sufre de cólicos cuando presenta el siguiente cuadro:
- 3 horas de llanto y/o irritabilidad al día paroxísitico, inconsolable y cualitativamente diferente.
- Durante, al menos 3 días a la semana.
- Durante 3 semanas.
- Pueden aparecer entre el nacimiento y el tercer o cuarto mes de edad.
Por otro lado, otra fuente que suelen usar los pediatras son los criterios de Roma IV, y en ellos se refieren al cólico infantil como aquella "crisis de llanto o irritabilidad paroxística que comienza y termina sin causa aparente, 3 horas al día, 3 días a la semana, al menos 1 semana y que, además, hay ausencia de fallo de medro, es decir, el bebé se desarrolla con peso y talla normales.
Según estos criterios, el pediatra, al realizar la entrevista clínica en consulta, debería averiguar:
- Características de las deposiciones del bebé.
- Número de micciones.
- Síntomas asociados.
- Métodos de consuelo.
- Actitud de los padres.
Cada vez más la actitud de los padres y cómo se enfrentan a este tipo de problemas cobran importancia para los profesionales de la salud. Una madre nerviosa transimtirá esos nervios a su bebé y vice versa.
Hay muchos recursos que los padres pueden aplicar, pero es necesario hacerlo desde la tranquilidad.
En todas las situaciones que se presentan a través del cólico del lactante, hay recursos para aplicar en casa (excepto en los casos de RGE que necesiten tratamiento), pero es imprescindible actuar desde la serenidad, por eso cuando los médicos ven a un bebé inconsolable, miran directamente los padres, especialmente a la madre, para saber si también ella necesita consuelo.
Indepedientemente de estos criterios, nosotros hemos eloborado también nuestra propia lista.
Síntomas que suele tener el Bebé con Cólico del Lactante
- Se sabe que son cólicos del lactante producen dolor abdominal acompañado de contracciones espasmódicas del intestino. Aparentemente, ese dolor es insoportable para el bebé.
- Son episodios limitados en el tiempo. El bebé tiene momentos en el día en los que parece estar perfectamente y otros en los que llora de forma inconsolable. Curiosamente, suelen empezar a la misma hora y en la mayoría de casos, al atardecer/anochecer.
- Esos episodios no parecen tener una causa común. En algunos bebés aparecen por la tarde-noche, otros tras la comida… Y ceden de la misma forma que han surgido, sin que haya una forma concreta de haber conseguido solucionarlos.
- El llanto es muy intenso. No es una inquietud o llanto leve. Llora con signos evidentes de dolor. Inconsoloble. Es una fuente de gran tensión en la vida familiar.
- Suele acompañarse de movimientos bruscos que acompañan al llanto: Lo más frecuente son compresiones de las piernas sobre el abdomen, pero a veces puede estirarse con dolor.
- Inconsolable: No deja de llorar con facilidad. No se calma simplemente con alimentarlo o entretenerlo. Sin embargo, sí hay maniobras, movimientos y ruidos que nos pueden ayudar a tranquilizarlo.
El cólico del lactante puede afectar a cualquier bebé, pero parece ser más habitual en niños que toman biberón.
Esto lo veremos un poco más adelante, en este mismo artículo (también está relacionado con el estreñimiento y los gases).
Hay síntomas que pueden (no siempre) acompañar un cólico del lactante, surgen cuando el bebé:
- Suele comer con ansiedad, especialmente en la tarde-noche.
- A veces su barriga está hinchada, aunque no siempre ocurre.
- Es frecuente que se calme cuando tras horas de llanto acude a urgencias. Esta situación puede llegar a ser muy frustrante para los padres, pero sucede bastante a menudo.
- Suele ganar peso y talla al ritmo normal o incluso superior.
Síntomas que descartan que sea un Cólico del Lactante (si aparecen, el bebé debería ser visto por el pediatra):
- El llanto es constante. El bebé puede llorar durante horas sin parar. No hay momentos en los que pare y su aparencia sea normal.
- Fiebre. La fiebre es, habitualmente un signo de infección. Si el bebé tiene fiebre, no es cólico del lactante. Hay algo más.
- Vómitos. Vomitar es expulsar contenido del abdomen hacia arriba, pero a diferencia de las bocanadas se precede de dolor en el momento que expulsa y mala cara evidente. No debemos confundir el vómito con las regurgitaciones y/o el reflujo leve.
- Rechazo constante del alimento. Cuando tiene una crisis de Cólico del Lactante un bebé puede rechazar momentáneamente que le alimenten, sin embargo cuando cede el dolor come de forma normal, incluso con ganas. Pero si un bebé no come en todo el día es necesario acudir al pediatra.
En muchas ocasiones se descarta tratar al bebé con un cólico, no se le da importancia médica, porque es un problema que, con el paso del tiempo, desaparece.
Pero, mientras tanto la familia está al borde de un ataque de nervios y viven de forma dramática una situación que debería servir para construir una relación familiar con el bebé y sus padres.
Es muy habitual que la madre se frustre y se siente culpable, ya que durante el postparto está especialmente sensible a todo lo que le sucede a su bebé. No debe frustrarse, ni sentirse culpable, al revés, tiene que estar lo más tranquila posible e intentar transmitir paz y seguridad a su hijo.
Si el cólico del lactante es un problema, lo mejor es ayudar cuanto antes al bebé. Hay estudios que relacionan las migrañas con el cólico del lactante: ha observado una fuerte relación entre los cólicos en los primeros días de vida y el riesgo de sufrir migraña en la infancia o adolescencia.
Por último, el cólico puede ser la manifestación de un problema:
- Mala pauta de alimentación, niño come con ansiedad, por eso puede ser más prevalente en niños que comen con biberó (más ansiosos y hambrientos), que niños "a demanda".
- Detrás de un cólico del lactante puede haber un reflujo gastroesofágico que puede necesitar de tratamiento médico (antiácido) o si es leve, la fisioterapia/osteopatía puede ser de mucha utilidad.
- Puede haber una alteración de la flora intestinal. Aunque su eficacia no está clara ya que los estudios no han sido concluyentes, muchos pediatras recurren a ciertos probióiticos porque no tienen efectos secundarios y en algunos pacientes notan mejoría.
- Intolerancia a las proteínas de la leche de vaca.
- Estreñimiento, gases, o las dos situaciones a la vez.
El mayor problema y quebradero de cabeza para un pediatra es que esta situaciones no son excluyentes y muchas veces van de la mano (el comer demasiado rápido genera gases que el bebé no expulsa).
Es entonces que la situación se transforma en la tormenta perfecta familiar y le toca al pediatra revisar todos estos problemas para darles solución uno a uno.
Por ello, algunos pediatras se refieren al cólico del lactante como el "cajón de sastre" porque a él van a parar muchos problemas que generan una sintomatología similar, pero que es desastrosa para la paz familiar.
¿Se puede solucionar el cólico del lactante?
Por supuesto y para ello siempre debes confiar en quién más sabe: tu pediatra.