El estreñimiento y los gases
El estreñimiento en el bebé
El estreñimiento en bebés es un síntoma, más que una enfermedad.
En sus primeros meses de vida los bebés cambian mucho, muy rápidamente, y esto afecta directamente a su actividad fisiológica en general y a sus deposiciones en particular.
Si el bebé está estreñido, nos encontraramos con la situación tanto de escasa frecuencia de defecación, como de dificultad para expulsar las heces.

De repente, se interrumpe el ciclo “como-hago caca-como” y eso suele generar una gran incertidumbre e inquietud entre las madres.
Durante el primer mes de vida los bebés realizan sus deposiciones una vez al día, pero de repente pueden cambiar y pasan a hacer caca solamente una vez a la semana.
También cambia la forma de realizar esa deposición: pueden expulsar caca dura con mucha molestia e incluso dolor o hacerla demasiado blanda.
En cualquier caso, sus deposiciones han cambiado y lo va haciendo al mismo tiempo que su cuerpo o su alimentación.
Después, pueden tardar desde unos pocos días, hasta una semana entre una y otra deposición.
También se les dificulta defecar porque sus músculos abdominales son aún débiles. Así que tienden a pujar, llorar y su cara se torna de un color rojizo cuando van a tener una deposición.
Esto no significa que estén estreñidos. Si las deposiciones son suaves, probablemente no haya ningún problema.
Leche de biberón vs. Leche de madre
También es importante tener en cuenta si alimentamos a nuestro bebé con biberón (leche de fórmula) o lo hacemos con el pecho.
El bebé que toma el pecho suele tener deposiciones de color amarillo, con algunos grumos consistentes y una parte algo líquida, que suelen ser expulsadas con gases y producir un olor ácido.
Cuando el bebé toma el pecho, las heces suelen tener un color amarillo, con una parte semilíquida y algunos grumos consistentes.
Normalmente, suelen expulsarlas con gases y el olor de las deposiciones suele ser menos fuerte.
En cambio, si el pequeño ya empieza a ingerir alimentos sólidos, el color dependerá del tipo de alimentos que ingiera. Ciertamente, la flora intestinal cambiará y las deposiciones se harán variables y algo más consistentes.
Como su sistema digestivo aún no está totalmente preparado, es normal que en las deposiciones encuentres trozos de alimentos que no hayan sido digeridos del todo.
De forma resumida, las deposiciones del bebé, dependiendo de su alimentación, son diferentes:
Si toma leche materna:
- Olor suave.
- Presencia de partículas parecidas a semillitas.
- Consistencia parcialmente líquida.
- Color verdoso o amarillento.
- Textura en forma de grumos.
Si toma biberón:
- Mucho más consistente que la leche materna.
- Mayor volumen.
- Olor más fuerte.
- Color marrón claro o amarillo oscuro.
Signos de alerta en el estreñimiento en bebés.
- Las deposiciones son grandes y duras.
- Tu bebé realiza deposiciones menos de tres veces por semana.
- Al intentar realizar la deposición, tiene que hacer mucho esfuerzo, aprieta, se enrojece, está muy incómodo.
- Atención a posible aparición de sangre en la superficie de heces muy duras.
- ¿Le has cambiado la alimentación? Los cambios en la alimentación provocan cambios en el funcionamiento del sistema digestivo y el niño necesita tiempo para madurar.
- ¿Notas que pueda tener una posible incomodidad con algún alimento? Si el niño está incómodo mientras come, es posible que sufra de alguna intolerancia y deberías siempre consultarlo con su pediatra. La intolerancia más habitual suele ser a la leche de vaca.
- Abdomen inflamado. Es normal que los bebé suelan tener “tripita”, pero un abdomen excesivamente inflamado puede ser una señal de que algo no funciona bien.
- Dolor: si el bebé sufre al evacuar.
¿Qué es la disquecia del lactante?
Como ya hemos dicho, los bebés sufren muchos cambios, de forma muy rápida, durante los primeros meses de vida.
Esos cambios le provocan situaciones incómodas, pero casi siempre desaparecen de forma natural, una vez que su cuerpo supera una especie de “asincronismo” entre lo que su cuerpo le pide hacer y entre lo que su cuerpo todavía no puede o está aprendiendo a hacer.
Una de estas situaciones es la disquecia del lactante, una situación en la que el bebé quiere hacer caca, pero su sistema digestivo todavía es inmaduro, por lo que le cuenta un mundo hacerla.
Hay una descripción más técnica al respecto, que definiría la disquecia del lactante como la situación en la que un bebé de menos de 6 meses, dedica al menos 10 minutos de llanto y esfuerzo antes de conseguir realizar una deposición (normalmente blanda).
Se altera el ciclo “comidas-deposición”.
A veces el niño absorbe todo lo que come.
En otras ocasiones, el niño tarda algo más en realizar sus deposiciones y cuando lo hace son blandas.
El esfínter coge fuerza, pero no tiene coordinación, y por eso no abre el esfínter. Empieza a aprender a apretar. No llora, pero sigue dando apretones
¿Es estreñimiento? No, no es caca dura, es blanda. No salía porque la “puerta” (el esfínter) estaba cerrada.
La disquecia del lactante es la situación en la que el bebé se queja, hace esfuerzos, llora, se pone rojo, se arquea y parece que sufre para hacer caca. Después la hace, al final, y entonces se queda tranquilo.
¿Conclusión?
Pensamos que tiene estreñimiento, porque todo coincide. Sin embargo, lo que puede motivar esos síntomas en los bebés no necesariamente es el estreñimiento, pese a comportarse igual al hacer caca.
Existen soluciones para aliviar a un bebé con estreñimiento
Sí, tu pediatra debe valorar muy bien su evolución y buscar soluciones para tu bebé.
En cualquier caso:
- Se puede ayudar al bebé con herramientas como sondas rectales o enemas de glicerina líquida.
- Existen maniobras de la fisioterapia y osteopatía que pueden estimular a que un bebé supere esta etapa, ayudándole además en la maduración de su sistema digestivo.
Los gases: especialmente molestos para los bebés
Los gases forman parte de la “familia” de trastornos digestivos relacionados con el cólico del lactante.
De hecho, en muchas ocasiones los gases y los cólicos se pueden llegar a confundir porque los síntomas son muy parecidos: provocan molestias dolorosas al bebé que le hacen llorar con intensidad.
Sin embargo, la intensidad de dichas molestias puede ser superior, si lo que molesta al bebé son los gases.
En cualquier caso, lo que buscamos es ayudar al bebé, aliviarle de sus penas y conseguir que expulse los gases.
El primer paso es saber por qué tienen gases los bebés. De esta forma intentaremos estar más atentos e intentaremos evitar esta situación.
¿Por qué tienen gases los bebés?
De forma sencilla, las causas de los gases en bebé son estas:
- Entran muchos más gases de lo normal en el bebé.
- El bebé "fabrica" en su interior muchos gases.
- El bebé expulsa menos gases de los que debería.
Los gases del bebé se pueden producir por diferentes motivos, aunque el más habitual es el de la entrada de aire durante las tomas, bien cuando toma el biberón (más habitual) o cuando toma el pecho (menos habitual).
Si bien este suele ser el motivo más frecuente, no es el único y por este motivo tenemos que distinguir entre:
- Gases estomacales: se producen cuando, tal y como hemos referido, se alimenta o cuando llora de forma excesiva y entre lamento y lamento, el bebé traga aire. Generalmente estos gases se eliminan eructando, pero hasta que el bebé aprenda a hacerlo de forma regular, hay que ayudarle a hacerlo.
- Gases intestinales: normalmente se originan en la flora intestinal del bebé y detrás de esta “producción” puede hacer un problema como una intolerancia alimentaria. Si observas que la leche puede estar haciendo daño a tu bebé y generando unos gases que no se corresponden al punto anterior, lleva a tu bebé al pediatra ya que deberá determinar si tu hijo tiene una intolerancia alimentaria y pautar el correspondiente tratamiento o cambio en su alimentación.
Normalmente los bebés expulsan los gases unas horas después de comer, pero si no es así y las molestias continúan, consúltalo con tu pediatra. También es conveniente que acudas al pediatra si está molesto durante las tomas.
¿Cómo evitar que nuestro bebé tenga gases?
- Si come con mucha ansiedad (porque tiene hambre), tal vez sería bueno darle de comer más a menudo, “a demanda”, esto le ayudaría a tranquilizarse y a comer más despacio y, por ello, a tragarse menos gases.
- Si tiene un problema con la flora intestinal, es probable que un probiótico le pueda ayudar, algo que siempre deberías consultar a tu pediatra.
- Existen maniobras recomendadas desde la fisioterapia y la osteopatía que te pueden ayudar.
